Tener
un amigo famoso, que te saque una foto en Instagram (y te etiquete), tiene más
éxito que un año entero en Tinder. Así fue que conocí a Jazmín. Mi amigo famoso
me sacó una foto luego de entrenar y a las horas se disparó mi cuenta de
Instagram, con solicitudes de conectarse. Acepté a las mujeres más lindas.
Amigos me sobran y amigas también. La única verdad es la realidad.
Esta
flaca me empezó a seguir, gustar muchas de mis fotos, y como soy un atrevido,
un día le mandé un mensaje privado. Al rato ya estábamos whatsappeando. Por
suerte ella también se enganchó con este blog y trascendí el ser “el amigo de”
para convertirme en “el del blog”. Sin embargo, me advirtió que era muy fan de
mi amigo, que lo seguía desde sus novelas juveniles y que la hacía reír con
cada aparición televisiva que él tenía. Marche una stalker a la mesa 4…
Cuando
comenté esto al resto del Entourage,
todos dijeron: “Es una loca, da stalker, no le interesas vos sino que está con
el amigo de…”. Por suerte ya aprendí a convivir con eso y no tengo tanta
moralina como para no atreverme a conocer a alguien nuevo. Sea como sea. Y
además me puedo cuidar bien.
Aunque
seguimos chateando esporádicamente, yo estaba muy ocupado y no la podía ver, y
además ella tuvo comentarios como: “hace mucho tiempo que no estoy de novia”, lo
cual me daban ganas de mudarme a Malvinas. Pero coraje me sobra y el tufillo de
la aventura me atrae, entonces continué mi vínculo digital. Nos toreábamos en
relación a cómo iba a ser nuestro encuentro y ella confesaba “bancársela mucho
y con el alcohol también”. Con comentarios así tuve que reorganizar mi agenda
lo antes posible. Sentí que podíamos saltear la escala de ir a tomar algo a un
bar y por eso la invité directamente a cenar a casa. Accedió. Me preparaba a
otra conquista, completamente desconocida, iba a saltar al vacío sin red
nuevamente y con el agregado de que mis amigos me decían que no lo haga por la
inseguridad de toda la cuestión. Pero así y todo ultimé detalles y coordiné
para que haya un encuentro en breve.
Lamentablemente
una tragedia familiar personal se interpuso y no nos pudimos ver. Y luego ella
se fue de vacaciones a Europa. El contacto mermó y por un tiempo no supe qué
era de su vida. Pensé que no la iba a ver y todo iba a quedar en la histeria
que suele abundar en redes sociales y en encuentros con flacas que creen que
por tener un amigo famoso uno les garantiza el pasaje a una mejor vida.
Pero
el contacto se reanudó y mientras viajaba por Europa, me contaba sus
experiencias sexuales allí: que un polvo rápido en un callejón en Roma, que una
tarde con otros dos en una oficina en París…esta chica era como la versión
femenina de Mis 76 Mujeres y en cualquier momento me iba a salir con una
competencia a lo Mis 76 Hombres!
Su
contacto era gracioso y concreto, poco histérico, se confesó ninfómana y que le
encantaba cojer. Se estaban montando buenas bases para un encuentro explosivo.
Desde distintas ciudades del viejo continente me mandaba fotos de artículos que
entraba a comprar a sus sex shops: que lencería por acá, que gel intimo por
allá, que mirá qué buena está esta estatua! Así la calentura iba subiendo y yo
creía que el día que nos viésemos íbamos a mover el eje de la rotación de la
tierra.
Sus
fotos no cesaban y ahora era ella la que posaba con la lencería que había
comprado, desde algún hotel sórdido de Europa. Recordemos que yo no la había
visto, ni había hablado con ella aún. Pero igual ella seguía militando en sex
shops y me confesó que le calentaba garchar con películas porno de fondo: ¡Era
la autentica Reina del Porno!
Finalmente
regresó a Buenos Aires y se dio que yo justo estaba por su barrio un fin de
semana, así que no quisimos esperar más y nos vimos en un bar. Me tribuneó con
una remera de Thor y agradecí el gesto. Hablamos algo, pero a veces suele haber
una química física en las personas donde hablar está muy de más, así que
empezamos a chapar en el recinto al límite que nos echen. Lamentablemente estábamos
en un barrio bien donde no hay telos y ninguno disponía de un departamento por
allí, y como no estábamos en Roma, no me la pude garchar en un callejón y tuve
que esperar a un próximo encuentro.
Esa
semana de espera fue el horror porque al confesarse ninfómana me decía que
quería sexo todo el tiempo y que esperaba que yo me la bancase porque ella iba
por todo. Todo. Pavada de desafío…
Me
contaba que como no podía parar de pensar en sexo y en mí, se tocaba en el baño
de su trabajo y en la ducha de su casa, ya que vivía con sus padres y no quería
que escuchen sus gemidos…Estuvimos toda esa semana mandándonos mensajes que
sonrojarían al Sr. Grey…
Jazmín
también daba rienda suelta para que uno juegue dentro de los confines del
S&M. Ya lo había dicho, venía por todo. Todo.
Llegó
el viernes a la noche, y en la primera impresión la vi fumando seria y nerviosa
en el hall de entrada de mi edificio. Se había prendido la primera luz de
alarma. Arranqué con un: “Hola. ¿Todo bien?”, “Sí, sí, todo bien”, contestó con
la cabeza gacha y entró en el ascensor. Casi no hablaba y apenas contestaba lo
que yo preguntaba, para remar algún tipo de conversación. ¡Necesitábamos
alcohol ya!
Se
sentó en el respaldo del sillón mientras yo preparaba una picada y tragos. Prácticamente
no había levantado la vista, no había mirado mi departamento y su diálogo era
telegráfico. “Nuevamente, hoy seguro no cojes”, pensé.
Con
algunos tragos encima y mi simpatía en esteroides, remando el Niágara cuesta
arriba, empecé a flirtear en una llamarada de gloria, en un a todo o nada,
total estaba jugado. ¿Dónde estaba la osadía de sus fotos en bolas? ¿Dónde
había quedado su desafiante faceta de ninfómana? ¿Dónde habían llevado a la
Reina del Porno y me habían traído a esta piba?
Decidí
que el tiempo pasaba y mandé a cabecear al arquero en un corner: la arrinconé
en la cocina y empezamos a chapar. La toqué y estaba empapada, se abrían las
puertas del Nirvana.
Y ahí
yo hice una jugada arriesgada, yo me puse en Mr. Grey, la tenía que descolocar
de todo lo que pasaba y meterla en una ficción para sacarle presión. Así que me
senté en el sillón y le dije: “Vas a ir a la cama y me vas a esperar como
querés que te coja. Cuando estés lista, me llamas”.
Ella
se dirigió hacia la cama y yo pensaba: “O soy un genio, o agarra su cartera y
se va, y finalmente me recibo de boludo”. Pero por suerte logré escuchar un:
“Listo”. Me acerqué a mi cama y la encontré desnuda y en cuatro, con cara de
ninfómana. Había regresado. Miré al cielo y le agradecí a Odín por otro favor
más. Sin embargo, a medida que me iba sacando la ropa para entrar y romper
todo…me di cuenta que yo estaba sufriendo una tragedia en el peor momento.
Tenía a una ninfómana de menos de 30, en cuatro y en bolas, y a mí la UOM del
pene me decretó un cese de actividades: Sí, Sras y Sres, no se me paraba.
Esa
extraña situación no le es ajena a los hombres ante tanta presión y debo
confesar, que como los mundiales, por suerte me pasa poco y más o menos cada
cuatro años. Pero me pasó esa noche. No la podíamos creer.
La
Reina del Porno la remó, hizo de todo, yo también, con porno de fondo, con
elementos de S&M, con otros recursos…pero una verga erecta es una verga
erecta y esa noche la tortuga no quiso salir del caparazón, el general no quiso
salir del cuartel, etc.
No
nos quedó otra que después de accionar lo alternativo, nos quedásemos en la
cama fumando y hablando. Incluso se quedó a dormir y por la mañana hubo un
mañanero que me redimió…pero apenas. La final del mundo había sido a la noche y
yo la pechee. Fui Pastore.
Quedamos
en vernos y por alguna u otra razón no nos volvimos a ver. Mientras tanto
Jazmín se fue del país y sigue con sus aventuras ahora en Barcelona. Mi
contrapartida sigue juntando experiencias.
Asi
que ya saben, vivan su vidas en paz porque todavía no sacamos a la tierra de su
eje con un garche digno. No nos volvimos a ver, aún.
Por
suerte el incidente no se volvió a repetir con otras. Calculo que para el 2019
volverá una noche de maldición. Mientras tanto, me sigo revolcando y tropezando
para su perverso entretenimiento de mis desventuras. Alguien lo tiene que hacer
;) ¡Buenas noches!
Texto: Leandro Paolini Somers.
Ilustración: Jok LP.
Para la prox.: Unas secas de cannabis sativa y el muchacho anda de 10. Saludos
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